lunes, 28 de octubre de 2013

Cómo se construye la sonrisa del otro



Hay gente que vive sin sonrisa: las arrrugas del rictus en la cara, el entrecejo fruncido, permanente.
Han perdido la capacidad de sonreír.
No cantan.
No hacen bromas.
A veces parece que pequeñas hormigas invisibles las picaran por todo el cuerpo.
Se acomodan la ropa.
Se estrangulan las manos.
Y vos me preguntás o quizás ya descubriste cómo se construye una sonrisa, cientos de sonrisas, un canto entre los labios, una actitud relajada y feliz.
Claro, sí... Se construye con las pequeñas cosas. Con un beso, un abrazo, una flor, un mensaje, una caricia, un decir cariñoso.
Porque cualquiera que emprenda la vida con responsabilidad y esfuerzo está haciendo las cosas a lo grande.
Pero esos actos pequeñitos hacen falta para que el amor construya sus andamios y haga nacer la sonrisa,
expresión sagrada y específica del ser humano.