Dicen los entendidos:
"En el fitness acuático, el agua aporta equilibrio muscular y una mejor termorregulación. la temperatura corporal es mucho más estable, lo que proporciona una mayor comodidad y hace que la sesión de ejercicios sea más agradable. Asimismo, el aquagym aporta relajación y tranquilidad a quien lo practica, sobre todo por el efecto sedante del agua tibia"
Ahora, es conveniente que tengas en cuenta algunas instrucciones que te
vendrán muy bien para comenzar esta actividad, si no la has practicado aún.
1. Como seguramente llegarás justo cuando ya comenzó la
clase por haber buscado a varias de tus compañeras por sus respectivas casas, esas amigas que por tener alta conciencia
ecológica usan tu auto- en realidad no me gusta que maneje otra- y sobre todo, para no perder más tiempo de esta valiosa actividad,
debes llegar al club con el traje de
baño puesto. Ten en cuenta que las mallas para natación son algo difíciles de
calzar la mayoría de las veces.
2. Guarda tus pertenencias y ropa en el casillero que
encuentres más limpio, de lo contrario pagarás las consecuencias.
3. Úntate las extremidades con vaselina para evitar la
alergia al cloro y otros componentes químicos que hacen la pureza del agua de
esa piscina, usada por cientos de personas cada día.
4. Cálzate las ojotas para no resbalar y coloca el toallón
contra el frente de tu cuerpo, así disimularás al menos por un instante, los rollos
impertinentes que han dejado los antojos
concedidos y el paso del tiempo.
5. Aspira la última bocanada de aire más o menos fresco del
vestuario.
6. Si al entrar al natatorio, la calefacción está muy fuerte
y los vapores tóxicos de cloro te hacen llorar los ojos, abre un poco y con
disimulo alguna puerta o ventana que dé al exterior.
7. Cuelga el toallón en un sitio a la vista, y rápido pero
sin prisa, simula darte una ducha fría que podría llamarse “enjuague de
cortesía”, porque claro que ya te has bañado antes de venir.
8. Baja hacia la masa acuática con elegancia y fuerza, por
la escalerita vertical, pero ojo que ésta se acaba siempre antes de lo calculado.
9. Trata de seguir las indicaciones de tu adorable profesora
con brío y entusiasmo, y lo que es fundamental sin hacer cara de dolor alguno.
La cara de esfuerzo molesta mucho a los profesores de gimnasia.
10. En el momento de la relajación, no te duermas sobre el
flotador porque puedes llegar a roncar y a quedarte sola en medio de la pileta,
ya que las demás respetarán tu sueño.
11. Si no te dormiste, puedes ir acercándote con disimulo a
la escalerita de salida para tratar de llegar primero a los baños, ya que la
necesidad de vaciar tus aguas internas será acuciante.
12. Date un baño calentito si es que consigues una ducha
libre y si es que logras equilibrar la
salida de agua fría y agua caliente sin tiritar o escaldarte.
13. Sal de la ducha tratando de mirar solo hacia el piso por
dos cuestiones:
a) para no resbalarte sobre los charcos de agua con champú
b) o porque...¡ podrías ver cuerpos femeninos nunca imaginados!
14. Vístete dentro de un baño, si es que encuentras uno
libre, de lo contrario tendrás que hacer malabarismos bajo el toallón, no es
cuestión de impactar a los demás con tus curvas pronunciadas.
15. Sécate el pelo si consigues un secador libre. En
invierno es fatal salir con el pelo mojado!
16. Como a esta altura has llegado al límite de tus fuerzas,
dirígete hacia el bar del club, donde todas las clases se festejan los
cumpleaños del grupo con exquisitas tortas caseras y tómate un buen café.
Así repuesta, lograrás emprender el camino de regreso a casa
y mantener el exceso de peso que por la gimnasia acuática eres capaz de llevar
con un porte elegante y una actitud ganadora como ninguna.
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