Habrá conseguido lugar para estacionar…San Expedito, haceme
un favorcito…
Es increíble cómo te ayudan los hijos, a veces te ayudan a
morirte antes, y otras te ayudan a
seguir viviendo. Mejor pago y me voy. Hay gente esperando mesa. ¿Dónde está la
moza? ¡El café estaba bueno como nunca! Ahora de nuevo el tema de la revista a
la salida. Debiera comprarla ya, porque
tengo tiempo de leerla en la espera. Es una producción interesante y ayudo a
los chicos de la calle…
Raúl no llegó a su
destino. El viaje es largo…se habrá demorado al salir. También demoran en venir
a buscarme. Hay una revolución en mi panza. Creo que va a explotar culpa de los
transgénicos. En esta situación debiera hacer una selección estricta de
comidas. Pero a la larga, las costumbres alimenticias que traemos desde la cuna
ganan…
Escandalosa mayoría de personas obesas en la calle. Es principio
de mes y hasta los obesos salen a cobrar (¿algún subsidio?)Bueno, yo todavía soy
de ese club, del club de los subsidios no, del club de los gorditos.
La pierna no me responde. Levantarse endureciendo los
músculos abdominales… ¡músculos abominables!
No sentarse con las piernas cruzadas…pero si hace rato que
no las cruzo. Si el problema es circulatorio… ¿será peor aún?
La clínica está llena. Van y vienen caras ojerosas y no
tanto. Ya terminé de leer la revista. La tapa ilustrada por un dibujante de por
aquí. Me duró poco.
Estar en un pasillo
me marea. Lo que marea es la marea… de
gente.
Mujeres mayores. Una minoría vestida como si hace 30 años
que no salieran de su casa.
Y yo… que me
he vestido como de Custó Barcelona. Rayas en los pantalones y diversos animal print, remera y zapatos con leopardos diferentes, más rompe vientos,
pelo al viento, párpados negros, uñas oscuras y pulseras “porfis” abundantes.
Una a veces se disfraza para alegrar el día con su propia ridiculez y cambiar un poco las propias expectativas…
Las esperas son buenas cuando el lugar es bello. Aunque este
tiene un poco de panteón con tanto mármol, metal y flores blancas. Un muchacho
con muletas de aluminio de buen diseño. Cinco hombres de cabeza blanca. Mujeres
ancianas… muchas, de cabeza blanca,
ninguna.
Los rictus de amargura de los hombres mayores no condicen
con las caras de las mujeres mayores. ¿Qué han perdido los hombres en la última
parte del trayecto de su vida?
Encuentro un lugar muy cómodo con sillones. Por un pasillo he descubierto un comedor nuevo para almorzar
o cenar. A las nuevas clínicas solo les falta una tienda de souvenirs.
Podría estar haciendo algo más que escribir. Ah, pero la
farmacia. Vamos a comprar un cepillo de dientes que el que tengo parece una
escoba y también cubre juanetes que dónde habrán ido a parar las curitas que compré el
otro día. Seguro que las perdí o quedaron en las bolsas del super.
Hoy, 32º y es invierno.
Tengo que bajar del placar la ropa de verano….- Dea Bea 2014
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